Aquí, explicando lo inexplicable, lo absurdo y sin sentido, de como un simple tropiezo por encandilamiento estelar, terminó siendo un accidente de carácter grave y con resultado de muerte a elección, sí he dicho a elección, así pasa una a transformarse en la temida zona de los riesgos para ellos una desconocida gruta en línea recta pero sin fin, frente a la zona escarpada y conocida (aquel sitio en donde te caes y sabes por donde caminar aunque te sigas arrastrando por el suelo)... la curiosidad impulsa a tantear la zona de los riesgos, es sorprendente, un lugar donde encuentro lo que me agrada, pero no se puede seguir posiblemente hay desvíos y se extravían, la inseguridad se hace más poderosa devolviéndose por el otro camino ya mencionado... (y terminas respirando por la herida, me dice ella en sus brazos), una vez que te transformas, se debería contemplar el cambio para aliviar el dolor, pero no es así, a kilómetros de distancia un quédate no es suficiente, mirando desde la puerta entreabierta, el frío de tibieza camuflada entra a mi habitación, ya me llevo aquellas cargas a mi espalda...
Parece que detrás de esas estrellas, que miramos está cerca pero a la vez aquel brillo se opaca está custodiada por su emperatriz a la que conocemos después de cruzar los primeros niveles, ya sin ningún artilugio de cordura, donde la cabeza ya no funciona, sólo sentimos y ocupamos un sólo...
que seria de nosotros sin esos encandilamientos, sin esas estrellas fugaces, son pasajeros, esta lindo que pasen pero se enmohecen mucho tiempo en puerto, animo amiga!! no hay mal que dure 100 años ni idiota que lo soporte
ResponderEliminarbeso!